Hoy en día la mayoría de los vehículos están equipados con aire acondicionado, pero hasta hace poco era todo un lujo. Hacemos un repaso a la historia del aire acondicionado en los automóviles y una presentación de su estructura, funcionamiento y uso.
Práctico y útil, el aire acondicionado mantiene una temperatura ideal para el conductor y los pasajeros. Especialmente útil durante las olas de calor, también demuestra su eficacia en inviernos fríos y húmedos, así como en primavera y otoño. Dadas las condiciones climáticas de algunas regiones españolas, el aire acondicionado puede ser útil durante todo el año.
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El aire acondicionado para automóviles surgió en Estados Unidos. Los primeros prototipos se presentaron en la década de 1930. Sin embargo, no fue hasta la década de 1950 cuando se instaló el primer sistema de aire acondicionado funcional en un vehículo. Con este aparato, que se llamó "Chrysler Imperial Airtemp", la industria automovilística estadounidense dio un gran paso adelante en su historia. En el transcurso de esa década, casi la mitad de los coches estadounidenses estaban equipados con sistemas de aire acondicionado.
En Europa, el aire acondicionado se desarrolló mucho más tarde que al otro lado del Atlántico. Los sistemas de aire acondicionado se generalizaron en la década de 1990. Hoy en día, alrededor del 80% de los vehículos del mercado europeo están equipados con sistemas de aire acondicionado.
El sistema de aire acondicionado de un coche es relativamente sencillo y su funcionamiento no tiene nada de complicado. En cuanto a su estructura, los sistemas de aire acondicionado de los coches se parecen en cierto modo a los circuitos de refrigeración del motor o a los calefactores del habitáculo. La diferencia radica en la presencia y el funcionamiento del compresor del aire acondicionado. El aire acondicionado del coche es un sistema cerrado formado por unos pocos componentes y tuberías rígidas y flexibles. Todo el sistema está dividido entre componentes de alta y baja presión.
El aire acondicionado de un coche consta de varios componentes con funciones muy específicas:
El refrigerante circula por el sistema de aire acondicionado. Su función es enfriar el aire que llega al habitáculo a través del sistema de ventilación.
Los siguientes apartados explican cómo funciona un sistema de aire acondicionado:
Un uso correcto del aire acondicionado tiene un impacto significativo en la salud de conductores y pasajeros. Para disfrutar al máximo del aire acondicionado sin sufrir sus efectos negativos (resfriados, articulaciones inflamadas), asegúrate de seguir las instrucciones de uso. Una persona que ha pasado mucho calor y entra en un habitáculo frío corre el riesgo de sufrir un choque térmico, o incluso una infección grave.
Cuando el habitáculo está muy caliente, asegúrate de ventilar bien el vehículo abriendo las ventanillas. A continuación, reduce gradualmente la temperatura del habitáculo utilizando el aire acondicionado. Para tu bienestar, te recomendamos que la diferencia entre la temperatura exterior y la del habitáculo no supere los 10 grados. También es esencial ajustar correctamente la dirección y la potencia del flujo. Te desaconsejamos dirigir el flujo de aire fresco directamente hacia tu cuerpo. Al dirigir el chorro en tu dirección corres el riesgo de sufrir una inflamación en tus músculos y articulaciones, así que asegúrate de dirigir el aire hacia las ventanillas del vehículo.
Utilizar correctamente el aire acondicionado también implica un mantenimiento adecuado. El filtro del habitáculo se obstruye y debe sustituirse cada año para proteger al máximo tu salud. Asegúrate de revisar el sistema de aire acondicionado cada 2 o 3 años para recargarlo de refrigerante y comprobar que todas las piezas funcionan correctamente. Por último, para evitar el riesgo de que se formen hongos y moho en el circuito, te recomendamos realizar un tratamiento antibacteriano en el sistema de aire acondicionado cada año. Contacta con nuestros técnicos para obtener más información.
El aire acondicionado mejora mucho el confort de tus viajes en coche, sobre todo en verano, cuando las temperaturas son elevadas. Asegúrate de utilizar correctamente el sistema de aire acondicionado para evitar resfriados y otras infecciones y recuerda limpiarlo y revisarlo con regularidad.