Un sistema de climatización en buen estado emite un aire fresco y agradable en tu vehículo durante los días calurosos de verano y garantiza que los cristales se desempañen de forma eficaz en invierno. De esta manera, contribuye a tu comodidad y seguridad en la conducción durante todo el año.
Una revisión periódica, idealmente anual, de tu aire acondicionado es la mejor manera de evitar reparaciones costosas. Además, un sistema de climatización defectuoso aumenta tu consumo de combustible: su mantenimiento regular limita el impacto de la climatización en tu consumo de energía.
Por último, si el climatizador está obstruido puede afectar a tu salud y a la de tus seres queridos, ya que, al regular la temperatura y la humedad cuando filtra el aire entrante, el sistema de climatización purifica el aire que se respira en el interior del vehículo.