¿Qué es el aquaplaning?

El aquaplaning expone a los conductores a situaciones difíciles y peligrosas, ya que puede hacerles perder el control del vehículo cuando circulan por superficies mojadas. ¿Cómo evitar este fenómeno?

 

Era domingo 22 de julio de 2007. El Gran Premio de Europa se estaba celebrando en Nürburgring. El circuito estaba seco, pero empezó a llover durante la vuelta de formación. Los pilotos se apresuraron a cambiar los neumáticos, pero no sirvió para nada. En pocos minutos se formó un charco en la primera curva. Seis pilotos se salieron de la pista, entre ellos los campeones del mundo Lewis Hamilton y Jenson Button, normalmente impasibles bajo la lluvia. Al final, la curva puso fin a la aventura de cinco pilotos, lanzándolos contra el muro. El director del circuito se vio obligado a ondear la bandera roja y detener la carrera.

 

Esta situación insostenible fue provocada por el aquaplaning. El agua se había filtrado bajo las ruedas de los coches, haciendo que perdieran adherencia. Los pilotos ya no podían girar en las curvas y tampoco podían frenar ni controlar la velocidad de sus coches. Los conductores se veían reducidos, por así decirlo, a la condición de meros pasajeros indefensos. Cualquier conductor puede encontrarse en esta situación extrema, así que lo mejor es saber cómo evitar el aquaplaning.

 

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¿Cuáles son las causas del aquaplaning?

Al presionar los neumáticos contra el asfalto, el vehículo expulsa el agua acumulada. Parte del agua sale proyectada hacia delante y se acumula frente a las ruedas, creando una bolsa de agua. Se trata de una capa de agua, parecida a la cuña de una puerta, que persiste cuando la rueda del vehículo pasa por encima. Las ranuras situadas entre las nervaduras de la banda de rodadura tienen la función de expulsar el agua bajo la rueda para que el neumático se mantenga en contacto con el asfalto.

 

A medida que el vehículo acelera, aumenta la superficie de la rueda que está en contacto con el asfalto. Eso hace que, mecánicamente, la cantidad de agua liberada aumente y crezca el tamaño de la bolsa de agua. El problema es que los surcos de la banda de rodadura están saturados de agua y ya no pueden expulsar el agua que hay bajo la rueda. Es entonces cuando se produce el aquaplaning: en lugar de rodar sobre el asfalto, el vehículo empieza a flotar sobre la superficie de agua que hay en la carretera, como si se tratara de un barco.

¿Cuáles son las causas que agravan el aquaplaning?

El aquaplaning tiene dos causas principales:

  • El desgaste de los neumáticos: a 80 km/h, los neumáticos nuevos evacúan 30 litros de agua por segundo. Esta cantidad de agua llenaría una bañera en menos de 5 segundos. El desgaste de la banda de rodadura reduce la eficacia del neumático hasta tal punto que un neumático al final de su vida útil evacúa sólo 15 litros de agua por segundo. Cuando la banda de rodadura está en mal estado, incluso un pequeño charco puede privar al neumático de su adherencia. Este fenómeno es especialmente peligroso para conductores y automovilistas.
  • La velocidad: acelerar en mojado supone un enorme esfuerzo para los neumáticos. A medida que aumenta la velocidad, la bolsa de agua se ensancha y tiende a saturar la banda de rodadura.

 

También hay una serie de causas secundarias del aquaplaning:

  • La presión de los neumáticos: sólo los valores recomendados por el fabricante del coche garantizan el buen estado de los neumáticos. Un inflado excesivo o insuficiente puede hacer que los neumáticos pierdan sus propiedades y exponer el vehículo al aquaplaning.
  • Tracción trasera: los vehículos de tracción trasera son más difíciles de controlar que los de tracción delantera cuando llueve. Aunque lo ideal es la tracción total, los vehículos de tracción delantera suelen garantizar un agarre adecuado.
  • La superficie: aunque pueda parecer lo contrario, el aquaplaning es una amenaza especialmente importante cuando los vehículos circulan por superficies de asfalto largas, rectas y planas, por lo que hay que conducir con la máxima vigilancia y acelerar con cuidado.

¿Cómo evitar el aquaplaning?

Lo primero que hay que tener en cuenta son las señales de advertencia del aquaplaning:

 

  • El volante ligero: la fricción entre el neumático y el asfalto hace que el volante oponga resistencia. Cuando el neumático ya no está en contacto con el suelo, girar el volante es mucho más fácil. En este caso, no conduzcas. En la medida de lo posible, endereza las ruedas y reduce la velocidad.
  • Revoluciones del motor demasiado altas: si oyes que el motor se revoluciona al acelerar, significa que los neumáticos ya no están en contacto con el suelo. En este caso, te recomendamos que dejes de acelerar. La situación puede empeorar si las ruedas giran en vacío.
  • Lecturas incorrectas del velocímetro: las ruedas que giran sin resistencia engañan al velocímetro. La velocidad a la que giran las ruedas determina la velocidad del vehículo.
  • Problemas de arranque: por lo general se producen en los cruces, cuando la carretera está mojada. Acelerar demasiado rápido hace que los neumáticos pierdan adherencia y provoca trompicones. Una solución es acelerar suavemente y arrancar en segunda.

 

El vehículo se sacude brevemente al recuperar el contacto con el suelo y comienza a moverse en la dirección de las ruedas delanteras. Por ello, en caso de peligro, es imprescindible dejar de acelerar, enderezar las ruedas y no frenar de forma brusca. El vehículo podrá entonces salir de la bolsa de agua y recuperar el contacto con el suelo.

 

Estos son los síntomas. Pero ¿Cómo protegerse frente el aquaplaning? La mejor solución es asegurarse de que los neumáticos, los amortiguadores y el eje delantero están en buen estado, y conducir a una velocidad adecuada a las condiciones de la carretera. Si utilizas neumáticos de verano o de invierno, asegúrate de que la profundidad del dibujo es de al menos 3 mm y 4 mm respectivamente, estos son los valores límite. No olvides que el comienzo del otoño puede ser un buen momento para cambiar los neumáticos. Si conduces con precaución, unas bandas de rodadura en buen estado te permitirán mantener el control de tu vehículo.

 

Si no sabes si tu vehículo es apto para circular en superficies mojadas, no dudes en concertar una cita para que lo revisen en tu centro Vulco más cercano. Nuestros especialistas tienen la experiencia necesaria para realizar todo tipo de comprobaciones y prestarte consejo.

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