Unos amortiguadores en buen estado reducen el desgaste de los neumáticos y de los componentes de la dirección y suspensión del vehículo.
La suspensión del coche garantiza la estabilidad del vehículo y un buen agarre de los neumáticos, lo que aumenta la eficacia del sistema de frenado. A 50 km/h, unos amortiguadores desgastados pueden alargar la distancia de frenado en 2 metros, ya que los neumáticos tienen menos contacto con la calzada.